Establecido por Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972 y dirigido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el 5 de junio de cada año quedó como un día para crear conciencia y tomar acciones en favor del medio ambiente global.
Este año se destaca la urgente necesidad de preservar y restaurar los ecosistemas de nuestro planeta, por ello el tema central del Día Mundial del Medio Ambiente es la resiliencia y la adaptación a la desertificación, bajo el lema "Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración".
El problema de la desertificación
Según datos de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, hasta el 40% de las zonas terrestres del planeta están degradadas, afectando directamente a la mitad de la población mundial.

Desde el año 2000, el número y la duración de los periodos de sequía han aumentado un 29% y se teme que a futuro, sin tomar medidas urgentes, las sequías pueden afectar a más de tres cuartas partes de la población del orbe para el año 2050.
Esto pone en peligro no solo a los bosques y tierras áridas, sino a tierras agrícolas y lagos. En los últimos años estos espacios naturales, fundamentales para la supervivencia humana, están desapareciendo y, peor aún, llegando a un punto de no retorno.
La desertificación y la degradación del suelo afectaría la biodiversidad y pondría en serio riesgo a la seguridad alimentaria, los recursos hídricos y el bienestar económico de millones de personas.
¿Qué se puede hacer?
Las autoridades y líderes mundiales deben tomar medidas para restaurar los suelos y ecosistemas para mitigar los efectos de la desertificación. Esto incluye una severa campaña de reforestación y forestación, revitalización de fuentes de agua y la mejora de la salud del suelo. Esto está señalado en los acuerdos por el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030).
Nosotros como personas de a pie, debemos evitar contaminar y aumentar los efectos del calentamiento global, gran causante de las variaciones extremas del clima. Tomar conciencia y empezar a reducir, reutilizar y reciclar. Debemos disminuir nuestra huella de carbono en cada acción que hagamos, esto implica usar menos el transporte a combustible, apagar las luces o aparatos que no se usen, controlar el uso del agua potable, comprar productos regionales, adquirir solo lo necesario evitando el consumismo, etc.
La solución siempre parte de nuestras manos, así que empecemos ahora para evitar lamentarnos en un futuro.
Ecosistemas Rosales, consientes de la problemática, colabora con acciones de forestación en la zona del distrito de Tunanmarca, provincia de Jauja. Hasta la fecha tenemos 104 árboles sembrados, con proyección a sembrar más.
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