En abril de 2017, se aprobó el Decreto Legislativo 1278, que establece la Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos en el país, con el objetivo de mejorar la gestión de desechos. Desde entonces, se han realizado ajustes, como la promulgación de la ley N° 31896 en octubre pasado, que impulsa la industrialización del reciclaje.
Estos cambios priorizan la inversión tanto pública como privada en infraestructuras de manejo de residuos, y la elaboración de un Plan Nacional de Manejo de Residuos Sólidos por parte del Ministerio del Ambiente. Además, se espera una participación significativa de los gobiernos regionales en esta gestión.
A pesar de estas medidas, la falta de compromiso con el reciclaje por parte de las empresas es evidente. Solo un pequeño porcentaje está implementando políticas de reciclaje. Es esencial que tanto las grandes como las pequeñas empresas se sumen a la economía circular y que se invierta en innovación para encontrar nuevas formas de reutilizar los residuos.
No obstante, la falta de apoyo a las pocas empresas dedicadas a la industrialización de residuos en el Perú es un problema que afecta tanto a nivel gubernamental como social. La ausencia de políticas claras, financiamiento y conciencia ambiental dificulta su desarrollo y, en consecuencia, su capacidad para promover prácticas sostenibles, generar empleo y contribuir a una economía circular. Es crucial un cambio de enfoque que reconozca el valor estratégico de estas empresas y les brinde el apoyo necesario para prosperar, lo que beneficiará tanto al medio ambiente como a la economía del país. Estas empresas tienen el potencial de desempeñar un papel fundamental en la gestión sostenible de los desechos y en la promoción de una economía circular, pero necesitan ser respaldadas adecuadamente para que puedan contribuir significativamente al cuidado del medio ambiente y al desarrollo económico del país.
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