La ropa es un negocio muy lucrativo. Tendencias, modas, estilos van influenciando a un mercado siempre en movimiento, y eso no estaría mal. Pero cuando comprometes el sufrimiento de un ser vivo para obedecer a los caprichos de la moda ya es un tema que llega a la crueldad.
¿Por qué?
Cada año, unos 20 millones de animales mueren víctimas de trampas utilizadas para cazarlos por sus pieles, mientras que unos 40 millones son criados en granjas exclusivamente para ese negocio.
Organizaciones defensoras de los derechos de los animales afirman que el maltrato que hay en fábricas de este tipo es atroz, vidas arrebatadas por un lujo egoísta.
Sufrimiento innecesario.
Los animales en libertad mueren debido a la utilización de trampas. Estos métodos no causan la muerte inmediata del animal, sino que alargan su sufrimiento, produciéndose la muerte tras largo tiempo de agonía.
En el caso de las granjas, la crueldad se inicia desde el momento en que se obliga a vivir a los animales en reducidas cajas juntos a sus congéneres, con grandes niveles de estrés psicológico. Los métodos usados para matar a estos animales van desde el gaseado con monóxido o dióxido de carbono, la dislocación del cuello, la inyección de pentobarbital sódico y la electrocución, hasta el desangrado.
La belleza y la elegancia nunca se puede lograr mediante el sufrimiento y la crueldad.
Manipulación genética.
Esto es una constante en las granjas. Se realiza una cría selectiva basada en características tales como la calidad y el color de la piel, o en el éxito reproductor. El resultado es un animal que poco o nada tiene que ver con sus características naturales, con lo cual, cuando se produce la fuga de animales de granja, éstos pueden producir alteraciones genéticas en las poblaciones silvestres.
Especies en extinción.
La captura y muerte de animales salvajes con fines peleteros ha llevado durante los últimos siglos a la extinción de especies, como el zorro de las Malvinas y los visones, los cuales están en un peligro crítico de extinción. Otras especies están ya por desaparecer como el castor, el ocelote, la pantera nebulosa, la nutria marina, el tigre, el jaguar, las focas, el koala, las ovejas, los conejos e incluso el gusano de seda.
Producción de residuos.
La peletería genera ingentes cantidades de residuos orgánicos de los lechos de estabulación, de los alimentos y de los cadáveres despellejados, que favorecen y desarrollan la proliferación de ratas y microorganismos patógenos, y la eutrofización de las aguas. Asimismo, en los proceso de curtición de las pieles se emplean metales pesados que se vierten en las aguas industriales, envenenando los ecosistemas acuáticos.
Prendas alternativas.
Existen materiales alternativos, tanto como para luchar contra el frío como para embellecer el cuerpo. Hay en el mercado prendas hechas de material sintético que ayudarían a desterrar totalmente la utilización de pieles de animales silvestres.
Desde aquí hacemos un llamado a todos los consumidores, depende de nosotros para que estos abusos disminuyan. Es hora de cambiar a un estilo de vida más sano, solidario y sustentable.
Es cuestión de informarse y elegir bien. Y tú. ¿Qué harás al respecto?
