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Un paso en falso en Ginebra: ¿por qué fracasó el Tratado Global del Plástico?

  • Foto del escritor: Mercado del Trueque
    Mercado del Trueque
  • 19 ago
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 10 sept

Del 5 al 14 de agosto de 2025, la sede de la ONU en Ginebra fue escenario de la esperada ronda final del Comité Intergubernamental (INC‑5.2) para intentar sellar el primer tratado legalmente vinculante contra la contaminación por plásticos.


Resultados y principales conclusiones


Fracaso en alcanzar consenso: Tras más de 10 días de intensas deliberaciones y al menos dos borradores presentados en las fases finales, la sesión concluyó sin ningún acuerdo.


Puntos de fricción críticos: El nudo del conflicto fue la imposición de límites a la producción de plástico nuevo —una demanda central de muchos países— frente a otra postura que privilegiaba las mejoras en gestión de residuos y reciclaje sin tocar los niveles de producción.


Bloqueo por intereses petroquímicos: Países productores de petróleo como Estados Unidos, Arabia Saudita y otros bloquearon las propuestas de control de producción, favoreciendo un enfoque centrado únicamente en el reciclaje.


Reacción del movimiento ambiental: Líderes ambientales y científicos expresaron frustración, algunos calificando el resultado como un choque más con la historia. La negativa a aceptar un tratado débil reflejó una posición firme de protección frente a compromisos mínimos.


Un proceso en pausa, pero no detenido: Según el presidente del comité negociador, Luis Vayas Valdivieso, y la directora del PNUMA, Inger Andersen, aunque este intento falló, el trabajo no se interrumpirá; las negociaciones continuarán en futuras rondas aún sin fecha definida.


La situación de la contaminación ambiental por plásticos es muy preocupante. De no encontrar consensos, esto puede desencadenar una catástrofe global.
La situación de la contaminación ambiental por plásticos es muy preocupante. De no encontrar consensos, esto puede desencadenar una catástrofe global.

Datos preocupantes de contexto


Cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico, cifra que podría crecer un 70 % para 2040, y solo 6 % de ese plástico sería reciclado, según la OCDE.


Se estima que para 2060 la acumulación de residuos plásticos alcanzará 1.7 billones de toneladas, con un costo económico global estimado en 281 billones de dólares.


Llamado a la reflexión y a la acción


¿Qué nos dice este revés?

Que la crisis plástica ya no admite titubeos: el acuerdo fracasado en Ginebra muestra que los intereses económicos aún pesan más que el bienestar planetario.


¿Qué hacer ahora?

Este es el momento de elevar la voz: como ciudadanos, consumidores, e innovadores podemos exigir:


  • Políticas que ataquen el problema desde la base: reducción en la producción de plástico.


  • Reconocer que la contaminación se inicia en nuestras manos, somos el origen al comprar una botella o recibir una bolsa de plástico.


  • Transparencia pública sobre las negociaciones globales.


  • Fortalecimiento de procesos multilaterales que no permitan bloqueo por intereses minoritarios.


Levantemos la mirada

Aunque el tratado no avanzó en Ginebra, el mensaje es claro: la urgencia climática y ambiental exige coordinación global, no solo palabras. Como dijo un delegado de Panamá: "No estamos aquí solo para llegar a un acuerdo. Estamos aquí para poner fin a la contaminación por plásticos.”


Este momento debe servirnos para reafirmar que un planeta sano y justo solo será posible si las acciones gobiernan, no los discursos.

 
 
 

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